Finlandia Y Varanger (Noruega) 4 (2006) Buscando Búhos

Lechuza gavilana (S. ulula) Foto: Diego Benavides.
En la región de Oulu es posible observar hasta 8 especies de rapaces nocturnas en una noche. O eso es lo que se cuenta. Durante dos noches seguidas probamos suerte recorriendo carreteras y caminos y mirando cualquier ave posada en los bordes del bosque, tendidos eléctricos o cables de la luz.

En junio a esa latitud apenas había noche, de modo que se daban las condiciones ideales para la búsqueda de aves nocturnas con buena visibilidad. El atardecer se estiraba durante horas y cuando, por fin, el sol descendía al horizonte, la oscuridad no llegaba a ser completa y en poco tiempo la luz volvía a ganar la partida a la noche.




Lechuza gavilana (S. ulula) Foto: Sebastián Lara.
El tiempo estaba siendo lluvioso esos días y no acompañaba demasiado para estar en el campo. Dormíamos un poco a desgana por el día para aguantar mejor las horas de búsqueda nocturna, ya que las  expectativas eran muchas. Sin embargo, no se correspondieron con lo que logramos localizar.

En aquellas regiones había tanto bosque, aparentemente igual, que era difícil dar con los sitios adecuados para cada especie de búho. Ni insistiendo. Pronto nos dimos cuenta de que, sin la ayuda de guías profesionales, iba a ser complicado verlos y nuestro presupuesto no estaba para el enorme desembolso que nos suponía entonces esa opción.



Búho campestre (A. flammeus). Foto: Sebastián Lara.
Aun así, esos días logramos ver una lechuza gavilana (Surnia ulula) y ya solo por eso mereció la pena. La encontramos en un cable de carretera. La había delatado un pequeño grupo de ornitólogos en una cuneta que, estos sí, estaban en compañía de un guía profesional. El ave era querenciosa por ese lugar y, al día siguiente, la encontramos allí de nuevo.

Las búsquedas nocturnas dieron para ver liebres, algún alce y bastantes búhos campestres (Asio flammeus). Un total de 14 ejemplares sumando todas las observaciones. Por lo que vimos es el búho más abundante y fácil de ver, solo que a ese también podemos observarlo en España, a diferencia del resto de especies.



Lek de gallo lira (L. tetrix). Foto: Óscar Gutiérrez.
La primera de las noches tuvimos una observación fugaz de otra especie también muy apetecible, el gallo lira (Lyrurus tetrix). La segunda triunfamos. Por pura insistencia, horas de mirar claros de bosque desde las carreteras, dimos con un cantadero con 14 machos .

Esta especie tiene un sistema lek de apareamiento y los machos se concentran para exhibirse. Con la cola extendida dan vueltas y se enfrentan unos a otros esperando que vengan las hembras a elegir. El lek que vimos estaba en una gravera junto al bosque, a solo 200 metros de la carretera, así que desde el arcén disfrutamos más de un cuarto de hora con los telescopios sin interferirlos en absoluto. Una suerte verlos de aquel modo.

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